panoramica

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martes, 6 de septiembre de 2011

LAS VACACIONES.

Dicese del descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios, y que todos los mortales aprovechamos para largarnos de la ciudad, pueblo, villa, aldea, o donde coño vivamos.
En mi caso este descanso lo he aprovechado para largarme a la playa, y como la crisis de los <censsored> nos tiene a todos hasta los mismos, yo abusando del parentesco y aprovechando la influencia de un nieto, he okupado el apartamento de mis padres para el tema del pernocte, y el de mis suegros para el tema del avituallamiento. Lo que podríamos llamar, una economía sostenible, sostenible por los respectivos abuelos básicamente.
Aclarado todo el asunto, no entiendo como la gente puede decir cosas como... me voy a la playa a desconectar y descansar unos días, vamos a ver, lo de desconectar entre comillas, en mi caso siendo de Madrid, ir a la playa (sobre todo a la zona de levante) no es sinónimo de salir de Madrid, teniendo en cuenta que todo este hermoso litoral es un "barrio" más de nuestra ciudad, no hay pueblo costero donde en los meses de julio y agosto los madrileños seamos amplia mayoría, con lo cual es difícil, por no decir imposible, no encontrarte con alguien conocido.
Por otra parte está el asunto del descanso, como puede uno descansar y relajarse, si vive los 15 puñeteros días de vacaciones en un completo stress mayor que el que sufre los días laborables. Si quieres pillar primera línea de playa te tienes que levantar a eso de las 7 AM porque como bajes a las 10 tienes que sacar el machete y abrirte paso para llegar a la orilla, lo peor y más triste del asunto es ver que esa zona VIP está ocupada por nuestros queridísimos jubilados, personas que podrían pasar desapercibidas como parte del mobiliario de las playas ya que están tooooodo el puñetero año allí, que digo yo, si ya están acartonados para que quieren estar en 1ª línea. A esto hay que sumar que tienes que ir perfectamente equipado para la ocasión, yo parezco un marine americano pasando revista a todo el equipo de combate, crema protectora (embadurnado), sombrilla (al hombro), sillas (mínimo 2 aunque no se utilicen), bolsa playera con todo tipo de instrumental imprescindible para el baño (al otro hombro libre, incluido el machete por si no hay suerte), gorra para no quemarse el melón (calada hasta las cejas señor), mini-nevera (con agua y refrescos para los más sanos de la casa, agarrada con la mano de las sillas), con todo ello y tras el visto bueno de la intendencia, parto en avanzadilla a esa ardua tarea de plantar la sombrilla lo más cerca del agua posible. De camino como aún tengo algunos dedos libres, paso por kiosko de prensa y me surto de material suficiente para estar completamente al día de las noticias más importantes del mundo y me compro el AS, que mañosamente voy leyendo mientras camino hasta la arena.
Ya con el madrugón el día empieza mal, luego sigues con los horarios, como si estuvieras en el trabajo, a la una toca cerveza en el chiringuito, a las tres como mucho sube con todos los bártulos que te esperan los suegros con la mesa puesta y el aperitivo preparado, a las cinco vuelve a la playa (esta vez ya sin sombrilla y sin machete que ya hay hueco de sobra para todos), a las seis vuelve al chiringuito que tanto deporte acuático da mucha sed, a las ocho vete a casa a duchar para dar un paseo que te dura hasta las diez más menos que es la hora de la cena en cualquier terraza (vacía como la playa, aquí también se precisa un machete para pillar mesa), después ya vamos con más margen para ir a una heladería a tomar una "minúscula" copa de helado. A la que vuelves a casa tomas un cubata en la terraza que está junto al portal (hay que ser buen vecino y colaborar con los emprendedores en estos tiempos), que tanto andar da sed, y como tienes un niño pues debes dar ejemplo y subir a una hora decente para dormir. Como veis todo el día voy marcado por el reloj, ¿cual es la diferencia con un día normal de trabajo?... Ninguna.
Dicho todo esto he llegado a varias conclusiones, reflexiones, o como lo queramos llamar. Me he dado cuenta que no necesito un gimnasio, con bajar todas las cosas que baja cualquier mortal a la playa, montar toda la "parcela", desmontarla y subir de nuevo todo, me he puesto cachas que te cagas. También he descubierto mis dotes de explorador, así como mi sistema de orientación cual GPS de alta tecnología para ubicarme en un sitio decente a pesar de no levantarme a las 7 AM como los abuelos. No entiendo como se puede relajar alguien siguiendo ese ritmo frenético que he llevado yo. Y por último, ¿como es posible que ante una situación de stress y tensión permanente haya podido engordar 2 Kg?
Amig@s, espero que vuestras vacaciones hayan sido tan stresantes como las mías, o más, será señal de que las habréis disfrutado de lo lindo, hasta nueva orden.
Salu2 cordiales.