panoramica

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martes, 9 de julio de 2013

A-ve si llega.

A estas alturas de la vida todo el mundo sabe lo que significa AVE (Alta Velocidad Española), en algo teníamos que ser los primeros y en eso lo somos. Somos un país puntero donde los haya, con poco más de 46 millones de habitantes y 546.645 m² de extensión tenemos la red más grande del mundo en líneas ferroviarias de alta velocidad. Al paso que vamos hasta los cercanías van a ser de alta velocidad.

Estos trenes se caracterízan principalmente por sus altas velocidades 310 km/h nada más y nada menos, ¿cuantas veces Fernando Alonso habrá añorado esa punta de velocidad?

A lo que voy, nuestro afán en ser los primeros en algo, que no sea
malo a ser posible (ya que también somos de los primeros en nivel cultural de nuestros jovenes estudiantes... pero por lo bajo), vamos inaugurando tramos del AVE por doquier a diestro y siniestro, al final nos pasará como con los aeropuertos... algunas estaciones de AVE serán "fantasmas". Pues bien, la última joya de la corona es la línea que une Madrid con Alicante, el concepto está bien ya que el litoral levantino soporta la mayor parte del turismo de la capital en nuestro país y evitamos con ello los atascos en la A-3. Peeero las prisas no son buenas, en todo hay un pero, siempre se dijo visteme despacio que tengo prisa.

Pero aquí somos más de ir a toda velocidad y el pasado 17 de junio se inauguró el último tramo que unía Albacete con Alicante, y como se termina... pues a mandar trenes pallá. En menos de un mes de funcionamiento ya se han averiado 3 trenes, con el consiguiente retraso y su devolución del importe de los billetes. Vamos que el negocio de esos tres días tiene una rentabilidad brutal.

Hace unos días decidí probar las velocidades de este sistema de transporte, una maravilla, asientos cómodos, aire acondicionado, una mesita con lámpara para poder ir leyendo o haciendo cualquier otra cosa, en fin, una gozada. La salida puntual no... lo siguiente 18:25 clavadas, por delante 2 h 35 min. de deleite en el paisaje.

La salida de Madrid es tranquila pero en cuanto abandonamos las últimas viviendas de la gran urbe el caballo de hierro se lanza a devorar kilómetros como alma que lleva el diablo. 

A las 19:45 h misteriosamente disminuimos la velocidad hasta detenernos a pocos kilómetros de Albacete, a continuación se apagan las luces y nuestro aire acondicionado se va con ellas. Con el paso de los minutos la temperatura asciende, toda la información que nos dan es que hay una avería técnica y con ello los ánimos del personal se caldean también. 

Ante la falta de información decido llamar a Renfe y no os podéis imaginar la cantidad de información que me dieron, yo no era capaz de asimilar tantos datos a la vez. Abreviando solamente diré la ultima frase de la amable señorita "no nos consta ninguna incidencia en la línea Madrid Alicante"... acojonante, con perdón, más de tres cuartos de hora parados y no sabían nada. 

Como no podía creer esto para intentar llegar a auto-convencerme de que era un error, que yo no me había explicado bien y la señorita no me había entendido, llamé a la persona que me iba a buscar a la estación de destino y me dijo que en las pantallas indicaban que llegábamos puntuales a las 21 h, ahí fue cuando dije... "lo de la alta velocidad empieza ahora, esto lo han hecho para darle emoción a la cosa y los 310 los cambiamos por la velocidad de la luz".  

Error craso error, ni velocidad de la luz, ni volvió la luz... pasada una  hora desde que se detuvo el tren, llegó otro nuevo que se puso en paralelo, pero no a lo largo de todo el tren, no, lo pusieron el final de uno con el principio del otro y una única pasarela, yo como iba en los primeros vagones tuve la gran suerte de poder pasar a ese oasis con aire acondicionado de los primeros y pasar a estar por debajo de los 35º en el interior del vagón nuevamente. Con esta gran idea, de uno en uno, tooodos los pasajeros fueron pasando al nuevo tren en un tiempo recor de 45 minutos, total que eran las 21:30 y aún no habíamos llegado a Albacete.

En todo momento el personal del tren fue muy atento y servicial, ni dijeron que le pasaba al tren, ni cuanto íbamos a permanecer en el servicio de sauna gratuita que nos estaban ofreciendo incluido en el precio del billete, al igual que tampoco nos ofrecieron un refrigerio para llevar algo mejor el mal trago del encierro.

Total que después de toda esta aventura hicimos entrada triunfal en la estación de Alicante a las 23 h, solamente dos horas después de nuestra supuesta llegada... ahí al tocar tierra como cualquier Papa en visita oficial bese el suelo y dije eso de A-vé si llego a casa ya.

P.D. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, por suerte para Renfe yo no estuve en ese tren, si llego a estar esto habría salido en las noticias por el pollo que habría montado, como poco me habría cagado en todo lo cagable, el efecto dominó en estos casos es importante... uno la lía y se van uniendo "compañeros" (quien me conoce sabe que ya la monté en República Dominicana pero eso es otro asunto que lo mismo algún día os cuento), no habría aguantado estar encerrado en un tren con temperaturas cercanas a los 35º sin que nadie te ofrezca una triste botella de agua fresca, etc.