

Como ya os he contado en otra ocasión he conseguido este año que dos amigos se unan a esta fiesta del deporte y disfruten como yo de este gran evento, bueno realmente uno más que el otro, perdonanos Kiko por sacarte de punto en los primeros 5 km.
Día 31 de diciembre y la historia se repite otra vez, más de 40.000 locos nos reunimos en los alrededores del Estadio Santiago Bernabeu para disfrutar de una oportunidad única de varias de las calles más insignes de Madrid, calles que de por si ya son espectaculares pero que con la marea roja de este año daba un aspecto más navideño y a su vez facilitaba el disfraz a muchos de los participantes, los papás noeles lo tenían fácil con un gorro solucionado, un grupo de los increíbles con un calzoncillo rojo y un antifaz negro listos para correr y hacer reír a grandes y pequeños, pero para mi los más originales sin lugar a dudas el grupo de mandarines vestidos de rojo con sus gorritos y coletas postizas llevando un dragón chino que encima llevaron un ritmo bastante bueno hasta la mitad del recorrido donde los dejamos atrás.
Por la emoción de la experiencia y porque José y yo tenemos un ritmo de carrera más rápido, al mismo tiempo que dejamos atrás a los chinos casi nos dejamos atrás a la otra "trilliza", menos mal que una mirada atrás a tiempo y un aviso del GPS con una indicación de tiempo por km nos hizo darnos cuenta que le estabamos fundiendo antes de tiempo y levantamos el pie del acelerador para dejarnos llevar, al tiempo que le llevabamos a el con ánimos constantes durante el resto del recorrido.

Al coronar la subida nos esperaba un Dj pinchando música con la que me permití bailar, no es presumir ni chulear para nada, simplemente es que al ritmo al que llevamos a Kiko me era cómodo y como esta carrera es una fiesta pues eso hice, disfrutar en ese momento de la fiesta bailando. De ahí hasta la meta quedaba un tramo llano de poco más de 1 km en el que disfruté con la gente que llenaba las calles al mismo tiempo que indicaba a más de un "compañero" que me preguntaba si quedaba mucho para llegar.

Hacía veinte días que perdí a mi padre, más de uno posiblemente en mi situación no hubiera participado siquiera, pero yo sabiendo el cariño que el tenía hacia esta carrera, el orgullo que sintió en la anterior edición al saber que la había terminado, y por la forma de ser que tuvo toda su vida con la alegría y el optimismo por bandera no podía dejar pasar la ocasión para dedicarle esta edición disfrutando desde el minuto uno con el pensamiento puesto en que desde el cielo me estaba viendo y sonriendo. José, Kiko y yo te la dedicamos y prometemos volver para disfrutar de nuevo de un fin de año diferente.
Por último aprovecho para desearos a tod@s un Feliz 2014, que lo mejor de este maldito 2013 (al menos para mi) sea lo peor del que acabamos de estrenar.