Después de un tiempo desaparecido vuelvo con vosotros, mi ausencia se ha debido a que por iluminación divina decidí meterme en obras en casa. La cosa es que al tener una terraza en casa que no utilizas ni en verano un día se te enciende la bombilla y dices, pues la metemos al salón y punto.
Dicho así suena algo fácil, incluso diría que a poca cosa, total es tirar una pared y poco más... "error, craso error". Lo que se suponía que es una tontería de nada, se convierte en que en casa han tenido que entrar albañiles, calefactores, electricistas, parquetistas, pintores.... es decir, todo el gremio de la construcción habido y por haber.
Todo comienza de manera rápida y hasta incluso ágil se puede decir, el primer día entran dos tíos que se lían a mamporrazos con la pared en cuestión y al cabo de un rato tienen el salón de tu casa con más escombros que los que sacaron en las torres gemelas, que enseguida te preguntas ¿como coño puede salir tanto de tan poco trozo? ¿no se estarán trayendo escombros de otra obra para aparentar más y cobrar más? El caso es que entre tirar paredes y hacer rozas en un día ves todo descojonado, ahí aflora el primer pensamiento positivo, al ritmo que llevan en dos días estos terminan.
Como al parecer todo va sobre ruedas, y eso en tema reforma no debe ser normal, al tercer día me está llamando el encargado, oye pasate por la oficina para ver que hacemos con la tarima... ahí dices chungo, llegas y ves que la tarima tuya como tiene unos años no se parece en el color a la original en NADA. A tomar por culo toda la tarima del salón y la entrada de casa que para eso van de una tirada única y sin cortes, y medio acojonado preguntas ¿esto no tardarán muchos días en entregarlo verdad?
Una vez pasa el calefactor con la correspondiente roza por todo el salón hasta llegar con las tuberías del radiador a la terraza, que todo es que luego encima tengamos frío (si se diera este caso, a mi personalmente me capan que para eso la idea de la obra es mía), pues llega el paleta del yeso que al verle las artes de trabajo piensas, este no me deja la pared recta y lisa como estaba ni de coña... y va el tío y no se si porque es cojonudo (a pesar de las artes), o por llevar la contraria y lo deja de lujo, casi para pintar encima.
Lo que yo veía que serían 3 días ya iba por una semana, y la obra sin terminar. A todo esto por parte contraria (entiendase por esta parte a mi mujer), diciendo cada dos por tres... estos no acaban antes de que yo me vaya de vacaciones, pero claro la culpa no es de ellos es tuya por no avisarles antes. Y como no puedes llevar la contraria ni rechistar ¿que haces?, asumes y asientes.
Entre problemas con la entrega de la tarima y zócalos, intercalamos al pintor, que entre preparar paredes con la puñeterita pasta que si tu intentas darla te salen grumos por todas partes, ver pruebas de color, pintar y repasar porque no ha cubierto, total se nos van otros dos días más y vamos para dos semanas... con lo cual yo andaba al borde de la castración más salvaje jamás imaginada.
Como la gente que me ha hecho la obra son amigos les he metido las mismas prisas que me han transferido a mi desde el departamento de intendencia. Oyes y el ser cansino ayuda, porque se fueron ellos directamente a retirar la tarima al almacén. El caso es que el viernes pasado me prometieron que ponían la tarima, con lo cual yo salía ileso de daño colateral alguno... peeeeeero hubo un último problema, se quedaron cortos de madera, mecagontoamisuerte, viernes, se quedan sin madera, el almacén cerrado, faltando escasamente 2 m² para terminar, y con la intendencia que quería irse de vacaciones.
Al final, durante el fin de semana "intendencia" y "tropa" se pegaron la limpiada (que no olimpiada) general, los muebles se trasladaron al salón, dejando libre el espacio por rematar y que me habían prometido terminar el lunes. La intendencia partió en el día de ayer con destino a costas levantinas y la tropa se ha quedado currando que para eso aún no tengo vacaciones, y en los ratos libres terminando de limpiar (me llaman mocho-man) y de colocar todos los muebles.
Por eso como dicen Gomaespuma en su libro ¿Quién me mandaría a mi meterme en obras?, porque ahora visto como quedó, la cosa ha merecido la pena, pero el acojone por la posible perdida de partes nobles que tuve pendiendo sobre mi, eso no tiene precio como la Masterd Card. Ahora viene la otra parte, buscar € para poder pagarlo, pero eso es otro tema.
Salu2.
M.A., soy propietario desde el año 81 y se lo que son reformas, incluso esa que has hecho tu, la hice yo (la primera), pues en aquellos años los constructores les daba por dejar terrazas en Cantabria, para que coño quiero yo una terraza??, encima orientada al Norte, foco de frio y humedad, así que ¡¡fuera!!, me quedó un salón de lujo, buen ventanal....... mirando al mar (ahí se que doy un poco de envidia), así que no desesperes y espero que los amiguetes te lo hayan dejado matizado.
ResponderEliminarSuerte!!
Un abz
Fran GdeE