Que no se asuste nadie, ni piense cosas
raras, no me he vuelto de golpe un moñas seguidor de Alejandro Sanz, a pesar de
que el título de esta entrada se llame igual que una canción de él. La cosa es
que he estado pensando que en las grandes ciudades, los que las habitamos vamos
con prisas a todas partes, no hay momento del día que no vayas perdiendo el culo (con perdón), y si no
me creéis, os cuento un día de mi vida cotidiana.
Me levanto a las del “Gallo Máximo” (morning show de máxima FM, que llaman
ahora así los programas matutinos de radio), traducido a un horario normal las
6:50 AM, lo sé es pronto que te cagas, yo también pienso lo mismo cuando
levanto las persianas cada mañana sobre todo en invierno, coño que aún está
oscuro y dan miedo las calles, aunque reconforta ver que hay gente que está en peor situación y están ya en sus coches parados en el semáforo que hay enfrente de casa.
El caso es que suena el despertador y ya sin
más salto de la cama sin tiempo ni para desperezarme, ni disfrutar de la
rascadita de nalgas que el bueno de Leo Harlem dice en uno de sus monólogos que
es uno de los mayores placeres de la vida, tiras zumbando al baño y a la que te
aseas, es muy recomendable hacerlo con agua fría sobre todo en invierno porque
despeja más que el café más cargado, pues a la que te aseas para no perder
tiempo meas a la remanguillé. Sales en dirección al
armario ya despejado y te vas vistiendo mientras vas a la cocina para tomar el
desayuno.
Aunque lleve prisa el desayuno es sagrao, mis tostadas y mi leche con cacao
no me las quita ni Dios (dije cacao porque desde que hay gente que se quiere
independizar y no ser compatriota mio yo consumo productos de la C.E.E. que al menos nos tocan menos la... moral).
En mi casa somos muy organizados mientras uno despierta al peque de la casa, el otro prepara todos los bártulos
que necesita para el cole, el pobre con 5 años lleva más mochilas que yo en
todos mis años de visitante de centros de enseñanza, que lo de estudiar es otro
tema y no va mucho conmigo. Aunque parezca que ha pasado mucho tiempo solamente ha transcurrido una hora, y
ya hay que seguir la yincana trincar todo y salir zumbando al garaje a por el
coche, porque no podemos vivir sin el coche, todo está ahí mismo y a la vez a
tomar por…
El niño llega al cole a las 8:00 AM, los
padres cual maratonianos volvemos al vehículo en cuestión a la carrera, para
continuar en dirección a nuestros puestos de trabajo (que por suerte en los tiempos que corren,
aún mantenemos). Tras media hora, si hay
suerte y el atasco no es descomunal, me tiro en marcha del coche para no perder
tiempo y prosigo ruta en transporte público (ese que aquí nos venden como que no corre vuela, pero que debe estar aprendiendo porque no lo hace muy allá), todo ello con el fin de llegar a la carrera
al trabajo a las 9:00 y entrar ya con la lengua fuera.
Contado así puede parecer que vivo a unos 65
km del curro, lo cual me situaría en Toledo capital, pero no, solamente estoy a
13 km, lo que pasa es que en Madrid igual que en Gran Hermano, todo se “magnifica”.
El caso es que entro a currar ya estresado a la par que fatigado de tanta
carrera.
Cuando llega la hora de la comida como
solamente se dispone de 1 h para comer, más que ingerir alimentos lo que da
tiempo de hacer es engullirlos para poder volver al tajo a tiempo. Me gustaría
ver al menda que dice que hay que masticar cada bocado chorrocientas veces, a
más de uno nos darían las 6 de la tarde.
Llegados al mejor momento del día que es la
salida del currelo, para no perder las costumbres, salgo escopeteado hacia casa
con el fin de poder disfrutar de la familia al completo un rato que es lo que
nos queda disponible en el día ya que el peque debe irse pronto a dormir
después de su jornada agotadora (yo no la aguantaría, no digo más). Pero lo que se dice disfrutar, pues como que tampoco, entre que uno lo baña, el otro prepara la cena y al final casi no nos da tiempo ni a jugar...
Muchos padres dicen que cuando se acuestan
es cuando ellos se relajan, pues yo no. Sigo con la inercia de velocidad de
crucero y me calzo las zapatillas de deporte y me largo a la calle a correr con
la fresca (ahora en invierno más que
fresca ya es casi frígida), a ver si consigo fondo, y no de armario
precisamente, para terminar la San Silvestre Vallecana, el primer paso ya lo di…
estoy apuntado. Esto se que habrá sacado más de una sonrisa, por no decir descojonamiento en más de un@, seguro que os habéis acordado de aquello que escribí sobre el deporte... ¿verdad?
La cosa es que como a las 22:30 los días que
todo sale rodado, estoy relajado en el sofá y para llegar al clímax total de la
relajación me pongo la PS y le doy caña al FIFA y que corran los muñecos que ya
hice yo bastante durante todo el día.
Y como dice Alejandro en su canción…
Ya me casé de vivir improvisando para ti, ya
me cansé de seguirte yo me quedo aquí, he malgastado mis fuerzas, mira,
viviendo deprisa ya no doy más, no me esperes, yo me quedo aquí… en el sofá por
lo menos hasta mañana que ya será otro día.
Salu2.