panoramica

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jueves, 13 de diciembre de 2012

Viviendo deprisa.


Que no se asuste nadie, ni piense cosas raras, no me he vuelto de golpe un moñas seguidor de Alejandro Sanz, a pesar de que el título de esta entrada se llame igual que una canción de él. La cosa es que he estado pensando que en las grandes ciudades, los que las habitamos vamos con prisas a todas partes, no hay momento del día que no vayas perdiendo el culo (con perdón), y si no me creéis, os cuento un día de mi vida cotidiana.

Me levanto a las del “Gallo Máximo” (morning show de máxima FM, que llaman ahora así los programas matutinos de radio), traducido a un horario normal las 6:50 AM, lo sé es pronto que te cagas, yo también pienso lo mismo cuando levanto las persianas cada mañana sobre todo en invierno, coño que aún está oscuro y dan miedo las calles, aunque reconforta ver que hay gente que está en peor situación y están ya en sus coches parados en el semáforo que hay enfrente de casa.

El caso es que suena el despertador y ya sin más salto de la cama sin tiempo ni para desperezarme, ni disfrutar de la rascadita de nalgas que el bueno de Leo Harlem dice en uno de sus monólogos que es uno de los mayores placeres de la vida, tiras zumbando al baño y a la que te aseas, es muy recomendable hacerlo con agua fría sobre todo en invierno porque despeja más que el café más cargado, pues a la que te aseas para no perder tiempo meas a la remanguillé. Sales en dirección al armario ya despejado y te vas vistiendo mientras vas a la cocina para tomar el desayuno.

Aunque lleve prisa el desayuno es sagrao, mis tostadas y mi leche con cacao no me las quita ni Dios (dije cacao porque desde que hay gente que se quiere independizar y no ser compatriota mio yo consumo productos de la C.E.E. que al menos nos tocan menos la... moral).

En mi casa somos muy organizados mientras uno despierta al peque de la casa, el otro prepara todos los bártulos que necesita para el cole, el pobre con 5 años lleva más mochilas que yo en todos mis años de visitante de centros de enseñanza, que lo de estudiar es otro tema y no va mucho conmigo. Aunque parezca que ha pasado mucho tiempo solamente ha transcurrido una hora, y ya hay que seguir la yincana trincar todo y salir zumbando al garaje a por el coche, porque no podemos vivir sin el coche, todo está ahí mismo y a la vez a tomar por…

El niño llega al cole a las 8:00 AM, los padres cual maratonianos volvemos al vehículo en cuestión a la carrera, para continuar en dirección a nuestros puestos de trabajo (que por suerte en los tiempos que corren, aún  mantenemos). Tras media hora, si hay suerte y el atasco no es descomunal, me tiro en marcha del coche para no perder tiempo y prosigo ruta en transporte público (ese que aquí nos venden como que no corre vuela, pero que debe estar aprendiendo porque no lo hace muy allá), todo ello con el fin de llegar a la carrera al trabajo a las 9:00 y entrar ya con la lengua fuera.

Contado así puede parecer que vivo a unos 65 km del curro, lo cual me situaría en Toledo capital, pero no, solamente estoy a 13 km, lo que pasa es que en Madrid igual que en Gran Hermano, todo se “magnifica”. El caso es que entro a currar ya estresado a la par que fatigado de tanta carrera.

Cuando llega la hora de la comida como solamente se dispone de 1 h para comer, más que ingerir alimentos lo que da tiempo de hacer es engullirlos para poder volver al tajo a tiempo. Me gustaría ver al menda que dice que hay que masticar cada bocado chorrocientas veces, a más de uno nos darían las 6 de la tarde.

Llegados al mejor momento del día que es la salida del currelo, para no perder las costumbres, salgo escopeteado hacia casa con el fin de poder disfrutar de la familia al completo un rato que es lo que nos queda disponible en el día ya que el peque debe irse pronto a dormir después de su jornada agotadora (yo no la aguantaría, no digo más). Pero lo que se dice disfrutar, pues como que tampoco, entre que uno lo baña, el otro prepara la cena y al final casi no nos da tiempo ni a jugar...

Muchos padres dicen que cuando se acuestan es cuando ellos se relajan, pues yo no. Sigo con la inercia de velocidad de crucero y me calzo las zapatillas de deporte y me largo a la calle a correr con la fresca (ahora en invierno más que fresca ya es casi frígida), a ver si consigo fondo, y no de armario precisamente, para terminar la San Silvestre Vallecana, el primer paso ya lo di… estoy apuntado. Esto se que habrá sacado más de una sonrisa, por no decir descojonamiento en más de un@, seguro que os habéis acordado de aquello que escribí sobre el deporte... ¿verdad?

La cosa es que como a las 22:30 los días que todo sale rodado, estoy relajado en el sofá y para llegar al clímax total de la relajación me pongo la PS y le doy caña al FIFA y que corran los muñecos que ya hice yo bastante durante todo el día.

Y como dice Alejandro en su canción…
Ya me casé de vivir improvisando para ti, ya me cansé de seguirte yo me quedo aquí, he malgastado mis fuerzas, mira, viviendo deprisa ya no doy más, no me esperes, yo me quedo aquí… en el sofá por lo menos hasta mañana que ya será otro día.

Salu2.

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