El deporte.

Este fin de año pasado tuve la ocurrencia de hacer como todo cristo un propósito para el año 2011, algunos dicen dejaré de fumar (yo no fumo), voy a aprender inglés (yo el inglés solo si es bajito y se deja), así cada uno hace el suyo, que hice yo en esta situación... pues ir a la meta de la San Silvestre Vallecana y viendo el desfile de "cuerpazos" que conseguían cruzar la meta con más o menos esfuerzo, se me cruzó el cable de la valentía hizo cortocircuito con la única neurona que en un día como ese queda libre y dije " EL AÑO QUE VIENE YO CORRO POR MIS COJONES". En buena (por no decir mala) hora lo solté, porque otra cosa no pero cabezón soy un rato y si digo que lo hago... lo hago.

Ahí me tienes en el día de ayer que dije... hoy empiezo a prepararme, llego a casa abro el armario y empiezo a buscar en las profundidades un pantalón corto más menos aceptable para un cuerpo tan atlético como el mio, después de un rato buscando, aparece un mini pantalón de esos ajustados que llevé en tiempos de cuando iba al gimnasio... allá por el añoooo... mejor no lo digo porque no me acuerdo de tanto que hace. Surge el primer problema hace muchos años y el cuerpo no está igual, segundo paso, buscar una camiseta algo ancha y larga, para disimular la incipiente  barriga cervecera, que la hay y a por las zapatillas de footing (las de correr de toda la vida que en ingles suena todo mucho mejor ya sabéis).


Totalmente equipado, no os engaño si digo que para cubrir el expediente ya que la vestimenta menos a correr por deporte incitaba más a correr pero del susto, pues bajé a la calle y empecé a correr en línea recta, todo fue bien hasta que unos 200 metros más adelante me encontré con una pared, entre eso, el mareo que llevaba  ya por el increíble esfuerzo, tuve que parar sin respiración, las venas de las sienes hinchadas como las de un cantaor de flamenco, en resumen PATETICO, total que decidí volver a casa pero con toda la dignidad que se puede tener en tal estado, tarde tres horas y media en volver... estuve a punto de parar un taxi que vi por la calle, entre el mareo y que correr de espaldas no es lo mio no sabía llegar a casa.


En resumen, correr lo que se dice correr corrí poco, el desgaste fue mínimo y desproporcionado con las agujetas que a día de hoy tengo, y para más coña con la crisis que nos acosa yo me tengo que ir a la tienda esa enorme que se llama como la prueba de atletismo de 10 competiciones diferentes (no digo el nombre que no me pagan por ello) para ya que no tengo ni aguante ni cuerpo para correr, al menos ir guapete.


Seguiremos informando.