panoramica

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miércoles, 25 de mayo de 2011

El alcohol

El alcohol, dicese de cada uno de los compuestos orgánicos que contienen el grupo hidroxilo unido a un radical alifático o a alguno de sus derivados, algunos lo utilizan para curar y otros para beberlo. Que digo yo que si cura pues bebiendolo te desinfectas todas las partes internas ¿o no?


Mucha gente dice bebe agua que es muy buena, joder no será tan buena que si es capaz de estropear los caminos que no hará con las tripas y encima no nos damos cuenta porque no lo vemos. Aquí en España el tema del bebercio es más que nada una tradición, tu llegas a cualquier pueblo por muy perdido que esté y lo primero que preguntas que es.... ¿donde está la Iglesia?, ¿donde hay un museo? NO, lo que preguntas es donde se sale de marcha o si aún es temprano ¿donde está el bar?
En el monólogo del gran Leo Harlem que puse el otro día (si no lo habeis visto os jodeis y teneis que buscarlo, aunque en este caso la jodienda es menos porque os vais a reir), en este monólogo yo me veo identificado en cantidad de situaciones (y como yo, más de uno de vosotros aunque no lo reconozcais piratones).

Las primeras borracheras, porque lo primero que hacemos no es pillar un puntillo nooo, lo primero es pillar un pedo en condiciones, esa sensación de abandono... aún recuerdo una de las primeras al llegar a casa, más tarde de la hora en la que mis padres me decían, pero como sabía que ellos no estaban estaba todo controlado, entré en la cocina con más hambre que uno de la isla de los supervivientes, puse una mano en la nevera y la otra en la encimera, hasta ahí llegue bien, pero me quedé clavao, no era capaz de quitar ninguna de las dos manos para moverme... no se cuanto tiempo estuve en esa posición pero fijo que fue muchisimo, el caso es que llegó mi madre y al verme (no hacia falta preguntarlo, se notaba que iba mamao hasta las trancas) ¿que haces? a lo que lo más dignamente que pude respondí que estaba pensando que hacerme un colacao con magdalenas, hice amago de abrir la nevera para sacar la leche y mi madre dijo aparta que lo hago yo (por no darme una hostia), el caso es que acabe con casi un kilo de magdalenas y medio litro de leche, y por cosas de metabolismo juvenil no salió de mi cuerpo de forma antinatural.


También me identifico con la valentía que te da, ¿cuantas veces estando de fiesta veias una tia a eso de las mil y me parecía la hermana gemela de mis universo?... ¿cuantas?, todas las noches que salia de farra SI lo reconozco. Que se le va a hacer por esa valentía que te dan los cubatas acabas entrando a cualquier bulto sospechoso que tuviera dos tetas, joder que para no gustarme los callos (en ninguno de los sentidos) alguno que otro me  he comido, pero todo eso se olvidaba cuando triunfabas de verdad y te lo acababas montando con un pibón, que yo mismo me asombraba y decia ¿que coño la  he contado para hacerla el lio?, porque las cosas como son uno muy guapo no es, resultón quizás, depende de los cubatas que lleve encima la contraria, pero guapo no. Pero lo que no tenía precio era luego lo que fardabas con los colegas, como gustaba la frase que te decían cuando volvias al redil del cubateo... que cabrón hoy has triunfao.


Y que decir de las celebraciones, yo es que soy mucho de celebrar... que he sido padre, cubata, que mi equipo gana algo, cubata, que no gana nada, cubata, siempre hay algo que celbrar como por ejemplo que se está vivo y con ganas de cachondeo... máaaaaaaaas cubatas. Me acuerdo del viaje de fin de curso, nombre que no entiendo porque se hacía en Semana Santa y faltaban dos meses para acabar las clases, claro como era de fin de curso pues dejaba de estudiar y me quedaban todas... pero al tema, en el famoso viaje, 2º día dormiamos, esto es un decir, en Niza (para los de la LOGSE... ciudad al sur de Francia, país vecino con el que nos llevamos como el culo), que se me ocurrió ... celebrar que no estabamos en España y antes de cruzar la frontera paramos en una estación de servicio,  a la pobre criatura que estaba en la tienda de recuerdos (para los pijos souvenir's) la desvalijamos la tienda de colonias para tener regalos a familiares que nos habían dado pasta pal viaje que había que cumplir, y dimos la misma cuenta de las estanterias de whiski, ron, tequila... vamos que teníamos buena boca y no hicimos asco a ninguna, el caso es que yo saque un par de botellas, más las colonias necesarias y pagué un paquete de huesitos por el que dirán. La fiesta donde tenía que ser... en mi habitación (¿cosa más rara verdad?), pues en unos 30 m², entramos como 100 personas, no me pregunteis como, pero entramos, hice tantos viajes a la máquina de bebidas NO ALCOHOLICAS de la recepción que ya el menda que estaba allí me ayudaba a sacar las latas, se lió de tal manera en mi habitación que más de uno caímos incoscientes al borde del coma etílico, lo último que recuerdo fue ver a un colega caerse de una cama de matrimonio del pedo que llevaba, según cuenta la leyenda yo caí del taburete en el que estaba sentado (pero no hubo hematoma, así que lo dejaremos en leyenda), lo siguiente que recuerdo es que llamaban a la puerta que me levanté de la cama y abrí la puerta a una camarera que traía unos cafés grises y unos cruasanes de los que di cuenta yo, que el otro colega se fue directo al baño al verlos, estabamos los dos en gayumbos y con la habitación llena de botellas y latas por el suelo, la tia se fue con cara de susto, ¿no se porque? y lo siguiente fue una reunión con los profesores que nos querían mandar en avión para Madrid... lo que pasa es que la popularidad que arrastra uno desde joven le salvo de perderse el resto de juergas, las ciento y pico personas que componían el viaje retaron a los profesores y nos quedamos.


El que diga que no ha tenido ninguna experiencia paranormal con el bebercio, o miente, o no es español, o es un especimen de laboratorio digno de estudio.


Salu2.

3 comentarios:

  1. Mi mayor experiencia paranormal...eres tú Vade....ji ji

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  2. Eso de experiencia paranormal me lo tomaré como algo bueno, que para eso soy optimista 100% jajajajajaja

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  3. pos sinceramente... una tuve, sí, pero no fue mucho más allá que despertarme por la mañana y no recordar cómo había llegado a la cama... menos mal que la juerga había sido en mi casa y que de la gente que había asistido a ella, no tenía ninguna razón para desconfiar... pero me sirvió de experiencia y nunca más, NUNCA MAIS, jamás de los jamases volví a pasarme... la verdad es que me asustó en no saber lo que había pasado y/o hubiera podido pasar...

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